La correcta higiene bucal es uno de los pilares fundamentales para conservar en buen estado de salud los dientes, los tejidos que los soportan y los órganos vecinos. Gracias a una correcta higiene bucal es que se logra eliminar la patogenicidad de la placa dentobacterina (PDB) y se permite que la saliva realice su efecto protector sobre las superficies limpias de los dientes. La PDB es reconocida con un entrenamiento, se aprecia como una película blanco amarillenta, de diferentes espesores sobre la superficie de los dientes y las encías, y su acumulación se produce cuando el cepillado es incorrecto y no se usa hilo dental para limpiar las superficies de proximidad de los mismos. La acumulación de la PDB trae como consecuencia la aparición de las caries y de las enfermedades de las encías, ya que los microorganismos que la componen son unos excelentes formadores de ácido - especialmente en presencia de azúcares -, y por tanto son capaces de descalcificar los tejidos del diente, e irritar los de la encías. Cuando la PDB no ha sido removida, envejece y se calcifica - producto de los minerales de la saliva -, entonces se denomina sarro dental, convirtiéndose no solo en un acúmulo de bacterias potencialmente patógenas, sino que actúa como irritante externo a los tejidos de soporte del diente (tejidos periodontales), en particular, de la encía. Precisamente, las caries y las enfermedades de las encías son las causas más comunes de la pérdida de los dientes. La pérdida de un diente, de varios, o de la totalidad de los mismos no es un problema menor, porque con su ausencia se rompe el equilibrio que el sistema estomatognático necesita para su correcto funcionamiento, con consecuencias impredecibles. Esto significa que aunque no haya órganos dentarios, el problema no termina, todo lo contrario recién comienza. Por otra parte, si solo se cepillaran las encías y los dientes, la higiene de nuestra boca seria imcompleta, porque quedarían sin higienizar órganos tan importantes como la lengua, los carrillos (las mucosas que revisten las mejillas) y el paladar duro. Es importante que el paciente tenga conciencia que además de las caries y las enfermedades periodontales, existe un órgano cuya mala higienización es responsable directo de la aparición de la halitosis o mal aliento. Se trata de la lengua. Es en la lengua, específicamente en sus dos tercios posteriores, donde suelen acumularse bacterias que secretan ácidos abundantes en sulfuros y que producen ese olor tan desgradable llamado halitosis. Se ha estudiado que las causas que provocan la halitosis provienen principalmente de la cavidad bucal; existen otras causas vinculadas a los aparatos digestivo y respiratorio, relacionadas con trastornos estomacales o infecciones nasales, respectivamente. Dental Plus Uruguay le ofrece a sus pacientes el apoyo clínico-pedagógico necesario, y con la discresión profesional correspondiente, para enfrentar este preocupante padecimiento, pues considera que por la importancia que desde el punto de vista biopsicosocial que esta patología presenta, nunca un paciente debe dejar de consultar al odontólogo para buscar la ayuda necesaria. |
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